Ese pa�s llamado Italia
Me apena ver un gran país como Italia en la pendiente de la irrelevancia internacional, en gran medida, por la imagen y por las decisiones caprichosas de su Primer Ministro, un país que parece haber perdido todo impulso de modernización, al tiempo que se asistía a un secuestro de las libertades y un creciente debilitamiento de las instituciones, sometidas al capricho y al poder absoluto de Berlusconi.
Por eso era importante el cambio, la victoria de la izquierda. Esa es la esperanza.
Anoche, siete horas después del cierre de los colegios, el aburrido debate en la RAI era presidido por un enorme rótulo: «¿quién ha vencido?». Esa misma perplejidad e incertidumbre se refleja en la prensa italiana de hoy.
Todo indica que, finalmente, la izquierda tendrá una holgada mayoría en la Cámara de Diputados, 340 contra 277; en el Senado, 155 para la Casa de la Libertad frente a 154 para la Unión. Aún quedan por contar los votos del exterior.. Tras el recuento del voto del exterior, la Unión de izquierdas ha logrado también la mayoría en el Senado. Con estos resultados, el centroizquierda tendrá mayoría en las dos cámaras.
Lo que me sorprende, por decirlo amáblemente, es que el portavoz de Exteriores del PP, Arístegui, acabe de declarar a Servimedia que ese resultado, la mayoría del centroizquierda en las dos cámaras supon «una crisis institucional». No dice lo que habría que hacer…
En medio de todo esto, surgen iniciativas para promover la innovación y el cambio.
En Muxia, arruinada por el Prestige, el PP volvió a obtener mayoría absoluta. En Marbella, arruinada por el GIL, obtuvo mayorías absolutas hasta las últimas elecciones autonómicas. En Italia, con crecimiento económico «cero» y los ciudadanos más pobres que antes mientras el Imperio de Berlusconi duplica su facturación, la autodenominada «Casa de las Libertades» (sí, de las libertades pese a acoger a Mussolini, Alexandra), aún obtiene el empate técnico. Incomprensible. Realmente hay mucho coglioni.
Y todo porque es un país podrido por la corrupción y el clientelismo. Eso es lo que ha representado al milímetro Berlusconi, que con un discurso populista al fiel estilo de democracia caribeña ha conseguido al menos estar muy cerca de salir reelegido. Italia está pagando precisamente el desastre de una ley electoral que promulgó este señor, padrino de la Italia decadente, algo muy parecido a lo que criticaba Lampedusa en El Gatopardo. Si Italia se llamara… cualquier otra cosa, me aventuraría a pronosticar la mayor de las catástrofes, pero ni el mejor de los videntes (Aznar incluido) sabe lo que pasará: piano, piano…
Yo pasé la tarde del sábado con mi amigo Stefano, que está escribiendo su tesis en España y comentaba que prefiere volver a Italia a votar «para reafirmar su condición de coglione»· y porque, teneiendo en cuenta las surrealistas condiciones que se requieren para votar en el extranjero, prefería ir en persona a depositar su voto para que «nadie lo hiciera por él».
Lo que más pena me da de este proceso electoral es la mojigatería de la coalición de Prodi, que ven horrorizados como sus votantes les piden un mayor giro a la izquierda, aumento de las libertades y un programa más laico, mientras ellos prefieren ofrecer un descafeinado programa social-cristiano. No puedo dejar de pensar que si hubieran sido más valientes, tal vez hubieran ampliado su mayoría.
¿Y si todo depende ahora de un sólo voto, como el de la mamma de Berlusconi?
Bajo mi punto de vista, lo más preocupante, y especialmente para nosotros, es la situación de prolongación del estancamiento en Europa.
En Alemania hay optimismo, mucho optimismo, pero no hay signos claros e inequívocos de recuperación (ni política y ni económica). Francia está aturdida ante la lucha entre unos dirigentes que quieren adaptar el país a las «exigencias» de la nueva realidad económimca mundial y la ciudadanía aferrada a un bienestar quasi-identitario. Y finalmente Italia parece no querer tampoco salir de su ensimismamiento al apoyar tan tibiamente la regeneración de su vida política tras años de personalismo y desconchamiento del Estado de Derecho.
Teniendo en cuenta que dos de ellos son nuestros principales socios comerciales y que nuestro crecimiento económico no puede ser ajeno al suyo, si estos países no se «ponen las pilas» pronto seremos nosotros quien acabaremos sufriendo las consecuencias. Por no hablar de la necesidad de también éstos se pongan manos a la obra para aprobar el contenido de la Constitución Europea de una vez…
[…] Buceando por los periodicos chilenos y la blogsfera mi primera impresión es un fuerte contraste entre la ilusión generada por Flores entre las bases de su partido e internacionalmente y el arisco tono del aparato partidario. […]
Se produce, a veces, que lo que te vine al teclado, no es coherente con la propuesta pero considero que si las derivas tienen INTERES, merece la pena la ruptura.
Yo me apunto a que ITALIA NO HA RESUELTO SU PROBLEMA, PERO ME CONFORMO CON QUE BERLUSCONI NO PUEDA ANDAR POR EL ESTADO COMO POR SU CASA PARTICULAR.
Llamo la atención de los curiosos en «protocolos y ceremoniales» el CAMBIO que se ha producido en la visita de los Reyes a Arabia, durante la cual se han aplicado, supongo que con una inmensa delicadeza, el protocolo occidental, es decir, se ha respetado la igualdad relegando el sexo a una circunstancia mas. Mis felicitaciones al equipo que ha preparado la visita con una Reina española que ha ejercido en plenitud de derechos, respetando así a las mujeres españolas y a la del mundo. Estas pequeñas batallitas, son preludios de Asunción de normalidades en el trato a la mujer, se reina o no.
cuando reconocerá el «señor» Berlusconi d euna vez que ha perdido??
No contento con esto ahora pide una gran coalición como en Alemania, Realmente lo de este hombre no tiene nombre.
Un Saludo
Definitivamente Italia es un país que funciona sin gobierno, lo cual demuestra que quien hace grande y rico a los países no son los gobiernos, son sus ciudadanos.
Esta bien que no esté berlusconi, lo que no sé es si Prodi es mucho mejor…