El bloguero en su laberinto
Algunos amigos me han recriminado que haya entrado en una etapa de letargo bloguero. No les falta razón. Hay dos tipos de causas: en primer lugar, las derivadas de la intensidad del trabajo que, por ejemplo, me impiden seguir otros blogs con la frecuencia deseada; las segundas son más de fondo, y tienen que ver con la necesidad de redefinir un blog que, como el mío, no puede ni debe abordar cuestiones políticas de acá o de allá. Confieso mi pereza ante esa búsqueda de identidad. Trataré de escribir sobre algunas de las cosas interesantes que han pasado por aquí (incluyendo la Feria del Libro de Buenos Aires).
Como aperitivo, la relectura del fragmento final del panfleto de Paul Lafargue «El derecho a la pereza», plagado de ironía y con reflexiones que hoy siguen resultando atractivas.
no importa que no nos cuentes de la política, háblanos de cualquier cosa, pero no dejes de hablarnos… y léenos, alguna vez… mil bss dsde la primavera en Madriz.
Apreciado embajador, estimado amigo…… ¿ha pensado escribir en el blog sobre … teología?
Cierto, Elena, hacía tiempo que no visitaba tu blog. ¡me lo estaba perdiendo!
Saludos! Tu pagima es formidable siempre nos sorprenden con sus articulos e imagenes. Eres lo maximo.
¡Ánimo Rafael!
No es fácil retomar o mantener el ritmo de escritura cuando no podemos escribir sobre lo que nos empujó a estar presentes con un blog o cuando el blog toma un camino que se aleja de nuestra personalidad.
Yo también estoy viviendo un cambio en mi blog personal, que comenzó siendo una mera prueba y que cada día se hace más bruselense. Esta semana he decidido incluso abrirlo a otros redactores para que tenga más vida y tratar de crear una comunidad más activa en torno a la blogo esfera hispana en Bruselas.
Mientras tanto, con las cuentas de twitter mantengo una relación más personal y centrada en temas concretos (emprendedores e internet en @ramonsuarez; bruselas en español inmigrante en @blogbruselas). Es más lúdico y espontáneo, y me permite compartir cosas que no pongo en el blog. Temo el día en el que tenga un teléfono decente para cacharrear en internet…