Las rosas de Chucho, desertor por amor

| Rafael Estrella

En 1935, Santiago Gómez- Pola «Chucho», el octavo de trece hermanos, nacido en Villagarcía de Arosa llegaba a Buenos Aires como marinero del Juan Sebastián Elcano. En una de las salidas de permiso, conoció a Manuela, Manolita, hija también de gallegos afincados en Argentina.

El día en que el Elcano debía marchar de Buenos Aires, Chucho no estaba a bordo: había desertado por amor, Nunca volvería a España.

Desde entonces, cada vez que Elcano tocaba el Puerto de Buenos Aires y abría sus puertas a los visitantes, Chucho, se acercaba al barco con Manolita. Nunca se atrevió a pisar la pasarela, pero siempre, desde su primero y único viaje, encomendaba a Manolita que subiera a bordo y pidiera permiso para dejar un ramo de rosas rojas ante la Virgen del Carmen en la Capilla de Elcano. Mientras, él esperaba en el muelle mirando el barco con sentimientos que podemos fác¡cilmente imaginar. En 1978, Chucho, que nunca regresó a España, moriría en Argentina, sin descendencia.

El sábado pasado, su sobrino-nieto, Javier, repitió el ritual. Su mujer, Gabriela, subió a bordo del Elcano con un ramo de rosas rojas y pidió permiso para llevarlas a la capilla. Pero esta vez fue diferente: el descendiente de Chucho no se quedó, como él, en el muelle. Javier también subió a bordo y entró con Gabriela a la capilla. Javier, el sobrino-nieto de Chucho fue esta vez quien depositó las rosas ante la Virgen del Carmen en nombre de su tí­o-abuelo.

Tuve la suerte de asistir a ese momento. Javier Calviño, el descendiente de Chucho, trabaja conmigo en la Embajada de España en Buenos Aires, donde es el Director de la Oficina Técnica de Cooperación al Desarrollo.

11 Responses to Las rosas de Chucho, desertor por amor

  1. @nscap says:

    Qué bonita historia. Justo ahora mismo vengo de haber estado viendo el Juan Sebastián Elcano y el resto de enormes barcos que se encontraban en Puerto Madero.

    Lo que más me ha emocionado del paseo ha sido la fragata Libertad, que la vi de pequeña hace justo 18 años en el puerto en Valencia y creo que no la había vuelto a ver desde entonces. Las vueltas que da la vida…

  2. Manolo says:

    Un orgullo el hecho de que mi hermano Javier y su mujer, lograran reeditar el ritual del «tío Chucho», volviendo a la vida aquella historia que tantas veces nos contó nuestra madre. Con su gesto, va el homenaje a ese personaje pintoresco de nuestra familia. Una historia fascinante, novelesca, pero que no cuesta imaginar, conociendo los valores y pasiones que inspiraron a tipos queribles como él, y tantos otros «gallegos» que con un puro sentimiento, abandonaron todo y fueron capaces de forjar un país. El mar ha tenido su protagonismo en la familia, ya sea uniendo, o separando nuestra sangre, ya sea captando vocaciones. Siempre será el hilo conductor de esta saga familiar, que actualmente sigue viva en nuestra descendencia. Siempre habrá una película «Botón de ancla» en el corazón…

  3. Pedro Pablo Novillo Cicuéndez says:

    Tuve la suerte de poder saludarte en la recepción del JSElcano, en compañía de Inés Sereno. Anduvimos por esas tierras (Rosario, Córdoba) con unos cursos para profesorado de allá, y quiero agradecerte tu amabilidad. La experiencia resultó más que interesante.

    Por un momento tuve la tentación (y el sueño) de poder trabajar en esa Embajada, pero la realidad -que es más prosaica- me ha colocado en mi sitio, y finalmente se encargó de disuadirme de solicitar el puesto que deja vacante Inés.

    Estoy seguro de que quien vaya lo hará mejor de lo que yo hubiera sido capaz.

    Un abrazo, y suerte.

    Pedro Pablo Novillo

    Viceconsejero de Educación

    Castilla-La Mancha

  4. FERNANDO says:

    Magnifico relato y preciosa historia de ese español que por amor deserta de su pais como rompiendo el cordón umbilical al nacer de su madre; pero como ocurre siempre en este caso el cariño y el ser hijo de quien es nunca se pierde.

    Un abrazo y me gustaría seguir tu blog.

    Fernando.

  5. Mónica says:

    Me ha conmovido muchisimo la historia que narró.

    No sé si solo los gallegos o los españoles en general son personas tan honestas y comprometidas en sus sentimientos.

    Personalmente solo conozco a un gallego que en estos tiempos que corren y por otro medio, se enamoro de una argentina y dejó su comoda vida de profesional, bien retribuída alli en su tierra, para comenzar aqui ( sin ningun tipo de aval social o laboral, ni reconocimiento profesional) y pasar penurias de todo tipo, contando solo con su nueva familia.

    Aún hoy dia sigue descorazonado por su falta de trabajo, dado sus conocimientos, pero fiel a sus sentiemientos y con los deseos lógicos de volver a su patria.

    Que bellas personas nos ha dado España …¿No creé?

  6. cruz says:

    Me parece una historia maravillosa. Qué hombre el Chucho y qué mujer capaz de despertar ese amor y de acompañarlo siempre en su ritual. La realidad supera a la ficción en muchas ocasiones. Felicidades a esa familia por haber querido continuar esa tradición.

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