De la Ley francesa de 1955 a la Secure America and Orderly Inmigration Act
En Francia, la respuesta a los disturbiós que no cesan ha sido, además de promesas para la integración de los que los medios siguen llamando inmigrantes (tu dedo en la llaga, Imane) , la restauración de la Ley de excepción de 1955. Es dudoso que esta sea la mejor forma de restablecer el orden y la seguridad. Como señala Colombani, el mensaje que se envía a los jóvenes con esta Ley que fuera utilizada contra sus abuelos, podría devolver a Francia al engranaje de incomprensión, febrilidad marcial e impotencia vividos hace cincuenta años. Esa es la reacción del Gobierno que desmanteló los elementos centrales de la política de Jospin hacia los barrios que hoy están en llamas (programas de empleo joven, ayudas a las asociaciones de trabajo social, policía de proximidad).
Hablando, ahora sí, de inmigración, al otro lado del Atlántico, la introducción de una propuesta de Ley firmada por el demócrata Kennedy y el republicano McCain, ha dado alas al debate. Es una iniciativa que combina la retórica de la América fortaleza y homeland security con medidas para la regularización, la integración y la protección de los inmigrantes El nombre de la Ley es Secure America and Orderly Immigration Act . Numerosos congresistas demócratas se están posicionando en favor de la propuesta, pues se sienten cómodos con su tono y contenido (no quieren aparecer como blandos, no quieren parecer reaccionarios). El Gobierno de México también la ha valorado positivamente. Es un debate que muy bien podría convertirse en uno de los temas centrales de la campaña de 2008. De hecho, ha suscitado nuevas iniciativas
Mientras, Bush dice que deportará a los indocumentados «sin excepción». Como pregunta Kennedy: ¿a los 11 millones?
Recomendable el informe especial de The American Prospect, impulsora de Moving Ideas, uno de los primeros sitios políticos en Internet y, también, uno de mis favoritos.
Y fíjate lo lejos que quedamos tanto de Jospin, como de los demócratas, cuando aquí nadie se rasga las vestiduras porque bloggers de izquierda como Carmen o Gulliver planteen que la religión mayoritaria en el país de origen (¿o la propia?) pasen a ser criterios de admisión de extrajeros.
Mi dolor es no saber hasta que punto eso es representativo o no, o mejor dicho, temerlo, de una izquierda social que empieza a sentir miedo en buena parte debido a los años de campañas mediáticas de diseminación del odio y la sospecha.
«planteen que la religión mayoritaria en el país de origen (¿o la propia?) pasen a ser criterios de admisión de extrajeros.»
David, ya que no tienes la decencia de enlazarnos para que quien quiera pueda leernos de primera mano, te rogaría que no te inventes ni nos atribuyas lo que nunca hemos dicho ni nunca diremos. ¿Por qué estás pasando de ser un buen comunicador y promotor de la blogsfera admirado por mí, a convertirte en un triste difamador?
[…] Biden es un clásico y respetado progresista moderado del establishmente político de EEUU y un peso pesado de la política exterior norteamericana, lo que ayudará a desactivar buena parte de los ataques que recibe Obama por su inexperiencia internacional. Su trayectoria -pese a su apoyo inicial a la invasión de Irak- presenta un alto grado de coherencia y está muy bien valorada. Para muchos, sería lo que algunos republicanos llaman despectivamente “un liberal” (algo que, por razones diferentes, también está mal visto en la Argentina del post-menemismo). Así se desprende de sus propuestas sobre SIDA y sobre inmigración (apoyo la propuesta Kennedy-McCain que en su día comenté aquí. […]