Minas antipersonales
En mi anterior existencia promoví activamente en el parlamento español la adhesión de España a la Convención de Ottawa sobre prohibición de minas antipersonales, cuyos efectos devastadores e indiscriminados siguen segando o lastrando la vida de muchos inocentes en zonas que han vivido conflictos.
Hoy, 153 países han ratificado la Convención, pero otros 42 aún no la han firmado. Promover la firma y ratificación es tan importante como impulsar la localización y desactivación de las que se encuentran desplegadas. Hoy las minas son también uan de los principales causante de bajas entre los militares.
Via Ramón Suarez me llega esta iniciativa directa y provocadora de un artista irlandés que plantó cien falsas minas en un parque de Dublín. Brutal y directa, me parece una buena iniciativa que, con otras muchas, sirve para remover nuestras conciencias y sensibilizarnos.
Hola Rafa,
Campañas así van a hacer falta también para el nuevo y distinto proceso que tenemos en ciernes. Si el proceso de Ottawa para la eliminación de las minas antipersonas ha sido un éxito rotundo, pese a que queden todavía algunos países por firmar, ahora es necesario esforzarse por regular también el uso de las bombas de racimo en el proceso de Oslo.
Las bombas de racimo han resultado ser tan o más mortíferas que las minas ya que, al desplegarse, muchas de las «mini bombas» que las forman no llegan a detonar y permanecen en la superficie cual mina antipersona. Lo más grave es que si las minas antipersonas están diseñadas para no verlas, las bombas de racimo suelen tener colores llamativos que atraen a los niños; provocando que el ratio víctimas menores edad sea muy elevado…
Escribí sobre las bombas de racimo recientemente en Cosas de la Diplomacia.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias por la cita y el enlace 🙂 A ver si sigues este ritmillo de publicación, que nos tenías muy abandonados últimamente 🙂
Confíemos en que todas las fuerzas políticas se sumen a esta iniciativa… Por cierto, increíble la iniciativa de Will St Leger.