Actúan como los falsos amigos del idioma. Los procesadores de texto, los programas de correo o los buscadores intentan anticipar tu pensamiento y te ofrecen sugerencias que, frecuentemente, nada tienen que ver con la palabra que intentas escribir.

El grupo andaluz de teatro «Histrión» se ha venido a Buenos Aires para ensayar con Daniel Veronese una de sus obras. Un amigo que fue al ensayo ha tenido que enviarme tres correos para contármelo:  con el inicio de la palabra, su programa se empeñaba en escribir «historia».

Andrés Neuman cuenta que su procesador escribía «machista» cuando él quería escribir «macrista» (a mí, si inicio lamisma búsqueda en Google, me sugiere «Machu Pichu», y con Zapa.., propone todas las marcas de zapatillas deportivas).

Mejor desactivar la función. Las máquinas no están preparadas para reemplazar nuestra inteligencia.