Misi�n en el L�bano

| Rafael Estrella

Ayer colgué la última serpiente de verano antes de la vuelta al tajo, y anuncié que iba a escribir «sobre Rajoy, el Líbano, el GEES y LD».

En los últimos días he hablado con varias personas sobre el giro que se estaba produciendo en la posición del PP ante el envío de fuerzas al Líbano, fruto de una presión sobre Rajoy que se expresaba públicamente, desde hace un par de semanas, a través del Grupo de Estudios Estratégicos (GEES), cuyos componentes tienen un pie en la FAES -y en el séquito de Aznar- y otro en Libertad Digital.

El lunes lo comenté con Miguel González, un profesional riguroso que hoy lo cuenta en El País. Su crónica centra muy bien el tema y a ella me remito. En cuanto el GEES, hace ya tiempo que escribí sobre Rafael Bardají (me confirmaron mi intuición:en Georgetown, el inglés de Aznar era «inglés de Bardají»). Al segundo pilar del GEES le dedica hoy un irónico y certero comentario Jorge Aspízua, quien recogiá anteayer en su blog el No al despliegue español en Líbano, convertido en pancarta de Opinión por LD.

Aunque siguen siendo los mismos que hace quince años, los del GEES han prosperado y son saludados por muchos -y a ellos les encanta- como referentes neocon, el pensamiento que, aunque esté en retirada, sigue inspirando la retórica de Aznar, esa misma con que nos deleitó hace unas semanas en la BBC, proponiendo que la OTAN bombardease el Líbano; la que hace suya, también, FJL, cerrando así el círculo que se cierne sobre Rajoy y su improbable autonomía.

Rajoy sujeto, Rajoy objeto

¿Es Rajoy el objeto o el sujeto de esta ofensiva?. En otras palabras, el ataque de la linea dura en el entorno del PP, ¿va dirigido contra el Gobierno o contra el propio Rajoy?. Todo indica que hay un doble fin, pero Rajoy es el danmificado más directo. El apoyo que trasladó a Zapatero para la participación de fuerzas españolas en una misión de la ONU en el Líbano -con las cautelas y los condicionantes precisos- tuvo como respuesta inmediata el tirón de orejas, la primera advertencia, con un mensaje muy claro: la defensa del Aznarismo y la crítica de lo que llamaban «complejo de culpa del PP». Rajoy, a quien debe molestarle bastante que le llamen maricomplejines, ha modificado su discurso y, sin anunciar un rechazo a la participación de España, ha elevado el tono y ha pintado un negro escenario para la misión, aunque no sabemos cuál sería su alternativa, pero esto parece irrelevante.

Las palabras de Rajoy han suscitado dudas y preocupación sobre la actitud que adoptará el PP en el Pleno del próximo dia 7. Aunque no será suficiente para el aznarismo, pienso que una posición de patente distanciamiento y, a la vez de apoyo «por responsabilidad» es lo más previsible. Trataría así, de forma inmoral y oportunista, de mostrar que se guarda margen de maniobra para un escenario como el soñado por el GEES:

«Si a ZP el beatífico y pacífico soporte de las Naciones Unidas le envían a casa 50 o 300 bolsas con otros tantos cadáveres de jóvenes españoles sería su final político»

Ya he escrito aquí que Rajoy hace tiempo que aparcó el centro moderado y que decidió acomodarse a la estrategia planteada por los extremistas de su partido: llevarnos a todos al borde del abismo…para ver si así se despeña Zapatero y entonces recoger el apoyo que los españoles les negaron el 14M. Se lo explicaron muy claro a Rajoy: «no tienes otro modo de ganar las próximas elecciones, y si las pierdes…»

Desde esa perspectiva, Rajoy sería el sujeto consentido -y la misión de la ONU la excusa- en la utilización de todos los medios a su alcance -ETA, política exterior, inmigración- para deslegitimar al Gobierno, para buscar su derrota. No se trata de estar en contra de una posición del Gobierno, sino de oponerse a cualquier decisión del Gobierno e intentar recortar su autonomía, el ejercicio de sus responsabilidades. Como expliqué hace unos meses, esta deslealtad estructural hay que darla por descontada; hay que seguir buscando el consenso, pero sin dejar de gobernar.

Con esta oposición, estos debates: mucho ruido y poco rigor

El Gobierno ha hecho todo lo posible por concitar, antes del debate parlamentario, el respaldo de todos los grupos políticos a la misión que debieran realizar las fuerzas españolas en el Líbano. También, en diseñar cuidadosamente una misión compleja y delicada, incluyendo aspectos muy importantes como las medidas de protección a la fuerza. No es en absoluto, como ha dicho Rajoy, «el peor escenario bélico de la actualidad» -hay un cese de hostilidades que las fuerzas de la ONU deben contribuir a preservar-, pero tampoco es, como dijo Trillo de la misión en Irak, «una tranquila región hortofrutícola».

Aunque se trata de una misión del Capítilo VI de la Carta, con un acuerdo de las partes para el despliegue de la fuerza multinacional que es en sí mismo un factor determinante para su seguridad, los riesgos y las dificultades de la misión son evidentes.

Las preguntas que plantea el PP son pertinentes, y deberán ser explicadas con detalle por el Gobierno, bien en el Pleno o en reuniones con los Grupos Parlamentarios: volumen de fuerzas, coste y duración de la misión y, también, las reglas de enfrentamiento, uno de los aspectos más importantes de una misión, sobre el que he escrito aquí en varias ocasiones.

El PP tiene todo el derecho a formular estas y otras preguntas, pero resulta más difícil de entender el significado de su crítica a que la Resolución 1701 no contemple el desarme de Hizbollah. Creo que es también legítimo que Rajoy -o quien sea- nos diga si está proponiendo que se incorpore esa tarea al objetivo de la misión.

Tal y como está contemplado en el mandato, los soldados que se desplegarán en el sur del Líbano sólo usarán la fuerza en legítima defensa y para determinadas tareas de protección. No tienen como misión desarmar a Hizbollah -ni se preveen, por tanto, enfrentamientos armados con este grupo-, sino contribuir a que el ejército libanés asuma el control de todo su territorio, que sea éste el que garantice que no actuan grupos armados en el sur del Líbano. Algo a lo que, sin duda, contribuiría sustancialmente la pronta retirada de Israel.

Si el PP está pidiendo que la FINUL desarme por la fuerza a Hizbollah, debiera explicarlo a los ciudadanos, porque nos estaría proponiendo un aumento muy considerable de los riesgos a que habrán de enfrentarse nuestras fuerzas en el Líbano, nos estaría invitando, ahora sí, a participar en un conflcto bélico.

Pero no es esa la misión que ha autorizado el Consejo de Seguridad.

Cuando Aznar apoyó la ilegal guerra de Irak y participó en su ocupación, el Parlamento no fue siquiera consultado. Esto ha cambiado radicalmente después del 14 de marzo de 2004. Ahora, además, con la Ley de Defensa Nacional, la consulta al Parlamento y la autorización de éste son requisitos obligados. Pero la Ley, aún no desarrollada, no establece si ello debe producirse en Pleno o en Comisión, habiendo ejemplos de uno y otro caso.

La decisión del Gobierno de llevar el debate y votación directamente al Pleno del Congreso es, precisamente, un gesto hacia Rajoy, que así lo había pedido. Pero, como era previsible tras los últimos recados de los suyos a Rajoy, ello no ha bastado para que éste mantenga firme el apoyo que dio a Zapatero. Por el contrario, cuanto más tiende el Gobierno la mano, más arrecia la presión de los radicales del PP y de Rajoy, obligado a seguir liderándolos.

En mi opinión, se está abordando superficialmente una cuestión que requiere profundidad. En circunstancias normales, con una oposición madura y responsable, una misión de esta naturaleza y envergadura debiera haberse abordado primero en Comisión -sesión conjunta Exteriores-Defensa-. Tras esta fase de consulta que prevee la Ley, se hubiera llevado la decisión a votación del Pleno, dada la envergadura de la misión. Sólo así puede tratarse con el rigor necesario, en todos sus detalles geoestratégicos y técnicos, lo que resulta imposible, en términos prácticos, en el Pleno, donde hay más espacio para el ruido que para el rigor responsable.

Es en Comisión, o en reuniones técnicas a puerta cerrada, donde pueden debatirse seriamente las cuestiones que, para mí, son más importantes, las que afectan a la seguridad de nuestros soldados: las características de la zona en que van a desplegarse, los medios de protección, las reglas de enfrentamiento y sus restricciones, la cadena de mando, etc..

No parece que el rigor en el análisis de la misión esté entre las principales preocupaciones del Partido Popular. Así pues, la consulta y la autorización se producirán previsiblemente en un solo acto, en el Pleno. Aunque lo previsto es que sea el Ministro de Defensa quien intervenga, creo que Zapatero acabará subiendo a la tribuna…no porque se lo pida Rajoy, sino porque le va la marcha. No sería la primera vez.

PD: Me recuerdan que hoy es el día del blog, y debes recomendar unos cuantos. Lo haré mañana, con algo de retraso.

6 Responses to Misi�n en el L�bano

  1. merce says:

    Esta oposición es indigna y de patio de colegio. El cambio de actitud de Rajoy «presionado» por FAES, GEES, o por el espíritu santo, demuestra que sólo obedecen intereses partidistas, y que su prioridad no es España, a la que tanto aman, sino desprestigiar al presidente Zapatero.

  2. peperufo says:

    Rafa, quiero hacerte una propuesta ya que eres un especialista en acopiar información interesante. Te propondría que recogieses información sobre el problema de la delincuencia y los medios contra la inmigración ilegal e hicieses un buen dossier.

    En muchos debates parlamentarios, incluido el debate sobre el Estado de la Nación, he visto como sacais gráficos muy significativos que comparar en diagramas de barras los efectivos de policias que habia con los gobiernos de Aznar y los que hay ahora (se ve como bajaban con ellos). Ayer Rubalcaba daba en cifras (decía que las iba a aportar) que en vigilancia fronteriza tb bajaron la guardia dejandonos solo 141 policias en la tarea cuando ahora tenemos 266….sería interesantísimo y les haría mucho daños hacer acopio de graficos (son muy ilustrativos sobre este tema)….otro tema sería conseguir el grafico de las viviendas de VPO….

    Enfin, que espero tu respuesta, a ver si lo puedes conseguir de tus compañeros de banco. (insisteles en la importancia de hacerlo público, no dejeis de dar caña con el tema de la seguridad)

  3. miguelnr says:

    Si llegan cadáveres de jóvenes españoles en ataudes, será sin duda una prueba de fuego para el Presidente.

    En mi opinión, un Presidente solo puede pasar esa prueba si mantiene la confianza del pueblo español, si el pueblo español sigue creyendo que merece la pena estar allí para defender a los inocentes de atentados y ataques terroristas.

    Ser militar es un riesgo, siempre lo fue, y yo siempre lo he dicho, nunca he aplicado una doble bara de medir, tampoco cuando Bush tuvo que ver como sus soldados llegaban en ataudes.

    Yo tengo amigos militares, los conozco, son buena gente, son gente entregada, noble, abnegada y cree en lo que hace, y solo le van a pedir una cosa a su Presidente; que nunca les mienta, que esté con ellos, que nunca los abandone.

    Si, por desgracia, algún soldado español no puede volver vivo del Libano, Zapatero no puede hacer como Bush, y ocultar la llegada del cuerpo en su ataud ni el entierro a los medios de comunicación; debe presentarse en público en el funeral y presidir la llegada de los ataudes, dar la cara, presentar sus condolencias y su calor a los familiares, y salir ante los medios de comunicación expresando el apoyo de las familias españolas a sus Fuerzas Armadas, y explicar porqué España está en el Libano, y porque esa misión persigue un objetivo noble, por el cual los militares españoles, haciendo honor a su juramento, estan dispuestos a trabajar duro.

    Eso es lo que hacen los grandes Presidentes, los que dan la cara, aunque se la partan.

    En ese momento el Partido Popular ya no podrá decir absolutamente nada. En cualquier caso, espero que esa situación nunca llegue, y que todos nuestros chicos vuelvan vivos.